Dos o tres veces por semana, ir a la piscina no es una rutina para un grupo de 18 personas mayores como medida para hacer frente a las altas temperaturas, es sobre todo un acto de ilusión, y bondad, en el que estos internos de la residencia de mayores El Prado, con alguna discapacidad física o mental, viven un momento inolvidable para ellos. Todo es fruto de un nuevo programa que hace que estas personas se rehabiliten de sus dolencias o que vean que en el agua no ha diferencias.

"Hay que ver sus caras para saber que están felices aquí en la piscina", comenta a EL PERIODICO EXTREMADURA Francisco Alarcón, médico de la residencia. Se trata de que "además de que lo pasen bien, les sirva como rehabilitación". Resulta maravilloso, asegura, ver como personas con más de noventa años, disfrutan en el agua y se olvidan por unos instantes de sus dolencias o problemas, como si el agua lo curase todo.

La experiencia es "ideal" y los resultados hasta el momento la avalan, pese a las dificultades que se encuentran.

Es la primera vez que se ha puesto en marcha este programa, pero en la Residencia El Prado ya se piensa en el próximo verano para repetir la iniciativa tras comprobar que los residentes pasan momentos que son inolvidables.