Cientos de moteros se han concentrado este domingo y han recorrido las calles de Mérida en el marco de la protesta convocada en 26 ciudades españolas por la Unión Internacional para la Defensa de los Motociclistas (IMU) para reclamar mejoras en la seguridad del colectivo, en esta ocasión principalmente contra los guardarraíles sin protección.

Los motoristas, procedentes de numerosos puntos de la comunidad autónoma, se ha concentrado primero en el aparcamiento del centro comercial La Heredad, donde se ha leído el manifiesto de la convocatoria y se ha guardado un minuto de silencio en recuerdo de los "compañeros" fallecidos, más de 300 solo en lo que va de año en todo el país, y cerca de mil heridos.

Posteriormente, han iniciado un recorrido por las calles de la ciudad para finalizar con un 'picoteo' en el restaurante del concesionario Harley Davidson de la capital extremeña, en la antigua carretera N-V en dirección a Madrid.

En declaraciones a Europa Press, el presidente de la Federación de Motoristas de Extremadura (Femotex), David Durán, ha señalado que el objetivo de esta movilización es el "derecho a la vida" de un colectivo al que ha agradecido que haya "respondido" a la convocatoria "nuevamente" en la región.

"Simplemente pedimos que las carreteras estén en perfecto estado", ha señalado Durán, en referencia a la presencia de socavones en el firme, así como ha reclamado la utilización de pintura "homologada" que evite deslizamientos y señales actualizadas.

En cuanto a los guardarraíles, principal reivindicación de este año, ha señalado que el colectivo reclama que se utilicen sistemas seguros para todos los usuarios de la vía, ya que son la causa de muerte y de amputaciones de motoristas y también de ciclistas. "Si nosotros pagamos nuestros impuestos, exigimos que el protector de los postes cumpla con la normativa", ha señalado.

En este sentido, ha señalado que la instalación de un metro de un guardarraíl inferior cuesta una media de 15 euros, por lo que considera que "no es dinero" para no cumplir con una medida que el propio Gobierno ya ha reconocido que evitaría muertes en las carreteras.