El Círculo Emeritense es la sociedad más veterana de Mérida. Fundada en el año 1897, se está intentando abrir a los jóvenes, que terminarán por hacerla suya igual que lo han hecho los que actualmente forman parte de ella: sus padres, abuelos y bisabuelos. Por la mañana está muy concurrida la sala de lectura donde se consultan los periódicos. La copa de los amigos con un grupo inolvidable: Ramón Guerrero, Maximino Caballero, Jesús Hernández y Julio Conde, Angel Texeira y Jesús Díez, toda una vivencia de Mérida.

En el fondo de la barra unos amigos comparten con Baco la tertulia. Un lector empedernido, el poeta Rafael Rufino Félix. Un grupo de señoras, que son todo un lujo, viva historia de esta sociedad y de Mérida: Lolita Aretio, que la perdimos hace muy poco y deseo tener un recuerdo para ella; Carmen Espárrago, su madre, Eduvigis Aretio, a la que quiso inmortalizar Felipe Trigo en la portada de su libro Las Ingenuas , pero se negó su padre al saber que era una novela subida de tono; María Rodríguez, su padre fue el primer alcalde de la gestora el 11 de agosto de 1936 y desde 1954 a 1957; Lolín Moreno, hija de Pedro María Moreno, 'Padre Mollete'; Carmen García, Rafaela Solano, Loli López, Amalia, María Victoria García Pelayo, Casilda Montilla, Ana Cuervo, Maruja Nebreda- Me encanta sentarme en este grupo y charlar, siempre se aprende algo y bueno.

Por la tarde a jugar al dominó solo queda una partida y la edad media- Clemente Velázquez, Francisco Crespo, Manuel Rodríguez, Luis Sanabria y los doctores Félix Díaz, Vicente García Regadera y Juan Hurtado. Los primeros en llegar juegan y los otros, de mirones. Recuerdo al Doctor Cartagena que decía "ni gestos, ni exclamaciones ni conversación con los mirones". Los mirones tiene derecho a opinar y comentar las jugadas. Esta veterana sociedad sigue y seguirá a pesar de los pesases. No descarto escribir su historia, como hice con el Liceo en su centenario. El Círculo Emeritense y los socios que la hicieron posible se lo merecen.