Mérida

El alcalde de Mérida Francisco Babiano, que propició la llegada del colegio de las Escolapias, fue también el iniciador de la primeras gestiones en 1947 para que los Salesianos fuera una realidad.

Con el salesiano Luis Hernández Casado y el Inspector Provincial Felipe Palomino Cabrera se hizo el primer proyecto que patrocinaba José Fernández López. Fracasó.

En 1955 al tomar posesión como director en el colegio salesiano de Puebla de la Calzada, Manuel María Martín Miguel se comienza a trabajar para hacer en Mérida otro colegio de forma más realista. El 12 de octubre de este año se reune Angel Pacheco, Patricio Acero y Alfonso López Candela, concejales emeritense creando el ambiente propicio, se había pensado en Almendralejo. Se estudian todas las posibilidades y se decide que sea Mérida.

El 12 de octubre de 1955 se reúnen en el Círculo Emeritense el inspector Provincial Claudio Sánchez y el ecónomo Francisco Javier Montero, con asistencia de Manuel María Martín y unos cincuenta representantes de la sociedad de Mérida, y se comprometen a reunir lo necesario para su consecución.

SUBVENCION

Se declara de interés social el colegio Salesiano y en sesión plenaria se acuerda por unanimidad conceder una subvención de 250.000 pesetas. Se compran 5,6 hectáreas a 18 pesetas metro al farmaceútico Angel Fernández Domínguez, escritura que se realiza en presencia de Manuel María Martín y el inspector Salesiano.

Las obras comienzan en 1957 y se terminan en 1960 dando comienzo el curso 1960-61 como inicio de la enseñanza salesiana en Mérida. Para terminar la obra la congregación hipoteca el colegio de Triana de Sevilla.

El comienzo del curso en 1960 se ha propiciado a través de Radio Juventud de Mérida, y se reparten miles de octavillas por la ciudad. Al encontrarse el colegio un poco alejado del centro, se abre una oficina en la Rambla del Generalísimo, hoy de Santa Eulalia, ofrecida por Papelería Pérez.

Se hace la preparación del colegio para los internos, externos y se compran los enseres y mobiliario necesario. Hay al comienzo del curso unos puntos difíciles de resolver, el alcalde Francisco López de Ayala escribe exigiendo que los alumnos se matriculen en el instituto de Mérida y no en el de Badajoz, por los perjuicios que causaría a los padres de los alumnos, se dan explicaciones por parte de los salesianos y no se acepta la proposición. Hay cartas que se conservan de todo este conflicto.

El 24 de octubre la comunidad duerme por primera vez en el colegio. No había agua, luz ni cocina y faltan las puertas y ventanas de exteriores. Se anuncia el 1 de noviembre la apertura del curso para externos. El 12 de noviembre de 1960 comienzan las clases para externos y en 1961 entran los internos. En 1962 había 619 alumnos: 288 internos y 331 externos. El 13 de agosto de 1962 lo declaran como Reconocido Superior, y desde entonces ha sido todo un ejemplo para la ciudad.