TStupongo que habremos sido muchos los que nos hemos conmovido al ver este verano en las televisiones imágenes de niños de familias con pocos medios comiendo en comedores escolares habilitados para evitar el hambre durante las vacaciones. A juzgar por el eco que esas noticias tuvieron en los medios de comunicación, incluidos grandes medios extranjeros, cabe suponer que el riesgo era auténtico y no una mera farsa demagógica para incordiar a Dios sabe quién. Por ejemplo a unos cuantos personajillos a los que tengo el gusto de no conocer y a los que me referiré más abajo.

El caso es que el sábado 14 de septiembre apareció en este diario la noticia de que en el colegio Dion Casio de Mérida, en el cual Cáritas había puesto en marcha uno de esos comedores para niños, los que se reincorporaron en septiembre para iniciar el nuevo curso se encontraron con algún cristal roto, algún radiador arrancado y algunos bancos maltratados, aunque, como señala un profesor, "no es el primer verano que el Dion Casio sufre actos vandálicos e incluso robos". Así que nada más que lo de siempre, pero con la buena suerte este año de que el colegio no tendrá que pagar las cuatro perras que valdrán las reparaciones, ya que la susodicha Cáritas, con los pies en el suelo y el corazón en los demás, se había cuidado de contratar un seguro para atender a tales contingencias.

XCOMENTARIOSx Y eso es todo. (Por cierto, que levante la mano y diga su verdadero nombre el primer hipócrita que nunca, de niño, rompió un cristal, arrancó lo que sea, o pateó un pupitre). Mejor dicho, eso no es todo porque, aunque está claro que no merece la pena recordar una noticia con tan poca chicha, sí la merece, sin embargo, extraer alguna frase suelta de todos y cada uno de los 10 escandalosos comentarios que algunos señoritingos hacen a la misma en su versión digital.

Escondidos, como no, tras ridículos seudónimos ("uranius fortis", que parece el nombre de un antidiarreico, presume uno de ser).

Comentario 1: Mordiendo la mano que te da de comer.

Comentario 2: Que les echen de comer en unos abrevaderos como a los animales.

(Recuérdese que estas bestias están hablando de niños).

Comentario 3: Antes o después se han ido de vacaciones con papis a la playa.

Comentario 4: Les dan de comer y encima se cagan en el plato.

Comentario 5: Ni agua les daba yo.

Comentario 6: Comemos de la beneficiencia. ¿Cómo si no íbamos a poder ahorrar para el chalet en la playa?

Comentario 7: A esta gentuza de etnia conocida no se le ha de dar nada.

Comentario 8: Después de cubrir las necesidades de los que "no tenían".

Comentario 9: Son peores que los animales.

Comentario 10: Yo suelo ir a Cáritas con mi BMW a pedir jamón y lomo.

En fin, no hubiera escrito estas letras si los comentarios, como es habitual, hubieran sido variados, o el tema, como también es habitual, hubiera sido menos trascendente, pero esta bravura unánime en el insulto anónimo a los más débiles, pobres y niños, pone los pelos de punta a cualquiera. ¿En qué país vivimos, con qué gentuza convivimos?

*El autor es Carlos Benítez