Los nueve trabajadores de Comercial Ramírez que se incorporaron ayer a sus puestos de trabajo en cumplimiento de la sentencia del Juzgado de lo Social de Badajoz, que condenaba a esta empresa a readmitirlos, fueron despedidos a los cinco minutos de llegar.

Los trabajadores fueron llamados uno a uno al despacho del gerente quien les entregó una carta acompañada de una serie de documentación sobre la situación de Comercial Ramírez, como la solicitud de la suspensión de pagos por problemas económicos o la lista de acreedores.

CARTA

En la carta se alude a la sentencia del Juzgado de lo Social, que ha declarado nulos los despidos de estos nuevo trabajadores, y afirma que desde entonces la situación económica ha mejorado, "aunque continúan existiendo las mismas razones que determinaron a esta empresa la extinción de los contratos en el mes de abril, situación que se ve acentuadamente agravada por la sentencia que declara la nulidad de las extinciones y ordena la readmisión, con el abono de salarios de tramitación, de forma que sigue necesaria la extinción de los mismos contratos de trabajo que en el mes de abril", pero esta vez de forma individualizada y no por regulación de empleo.

Uno de los trabajadores despedidos, Aquilino Gutiérrez, culpó al gerente, Juan Rodríguez Quirós, de la situación económica, "porque es un inútil, porque Comercial Ramírez ha sido una empresa con mucha entidad que funcionaba sin gerente, prácticamente, y que ha dejado de funcionar cuando hemos tenido uno".

Gutiérrez indicó que cuando la empresa empezó a dar síntomas de que iba "supuestamente" mal, se inició una expansión comercial dentro de Mérida, abriendo sucursales y un almacén de ventas al por mayor, "lo que aumentó los gastos, pero con los mismos clientes" incluso abriendo ferreterías junto a almacenes al por mayor que iban bien, como en Almendralejo y el polígono Las Palmeras de Mérida.

Por otro lado dijo que era muy raro que entre los principales acreedores aparezcan varios familiares del gerente, que deben unos 150.000 euros.