La fiesta no para en Mérida, pese a que en las últimas horas la climatología parece querer aguársela a más de uno. Ayer una tromba de agua estuvo apunto de suspender el festejo taurino, aunque finalmente se desarrolló. Lo que no paralizó en ningún momento fueron las ganas de comer, sobre todo porque en muchos rincones de la ciudad, incluido el real de la feria, se organizaron comidas típicas extremeñas, como el caso de la calle Cervantes, donde la asociación de comerciantes obsequió a los viandantes que por allí pasaban con una gustosa garbanzada.

Al mal tiempo, buena cara, decían algunos, entre tapa y tapa, con algún rebujito ya ingestado en el cuerpo y pensando en lo día grande de hoy.

El protagonismo de ayer en el ferial estuvo en las casetas de los dos partidos políticos de la corporación. A la misma hora celebraban comidas con la prensa apenas separados por cincuenta metros. De un lado, el grupo en el Gobierno, con el alcalde Pedro Acedo a la cabeza, arropado por todo sus concejales, salvo Gloria Constantino, y por los hermanos Baselga. También fue curiosa la ausencia del presidente del PP extremeño, Carlos Floriano, y de alcaldes presentes otros años como el de Badajoz, Miguel Celdrán, y el cacereño José María Saponi. Entre plato y plato, afloraba el inminente congreso regional de los populares.

Este tema también fue comentado en la comida que los socialistas. Los invitados de honor en esta ocasión fueron los consejeros Manuel Amigo y Guillermo Fernández Vara, y el portavoz del Grupo Parlamentario del PSOE, Luciano Fernández.

Hoy, los vecinos celebran uno de los día de fiesta local.