Tras la adjudicación en el pasado año del contrato de suministro de desfibriladores para los edificios municipales a la empresa Anek-S3, por un importe de 29.949,92 euros (IVA incluido), comienza la instalación de estos dispositivos. Dos de ellos ya se han instalado en el ayuntamiento y, según informan fuentes municipales, en breve se prevé culminar con el proceso para que los demás aparatos estén listos lo antes posible.

En concreto, de los 17 desfibriladores disponibles se repartirán cinco en instalaciones deportivas, otros cinco en vehículos de la policía local, dos en las oficinas de turismo, uno en la delegación de turismo, uno en el edificio principal del ayuntamiento, otro en el centro cultural Alcazaba, otro en servicios sociales y otro en la alcaldía. El funcionamiento de cinco de ellos será automático.

La delegada de contrataciones, Carmen Yáñez, explicó en febrero que en las administraciones, centros deportivos, vehículos policiales y otros edificios públicos, era importante la posesión de desfibriladores como medida «preventiva y paliativa» para usarlos cuando fuese necesario.

Con este objetivo, el Gobierno local anunció un concurso el pasado año para la instalación de estos dispositivos en las diferentes ubicaciones y salió a licitación para 12 desfibriladores. La concesión fue para Anek-s3, que además de rebajar el presupuesto del ayuntamiento que partía de 31.200 euros, añadió cinco dispositivos más hasta llegar a los 17.

En agosto del año pasado, tras una Junta de Gobierno Local, se informó de que Mérida «será una de las grandes ciudades de Extremadura que cuente con más desfibriladores por habitante, al sumarse estos 17 a los del hospital, los cinco centros de salud, la Junta de Extremadura y el 112».

Por su parte, la empresa adjudicataria desarrolló cursos de formación para 80 trabajadores municipales, que se prolongaron hasta el pasado 1 de marzo de este mismo año. Sobre este asunto, Yáñez manifestó entonces que «aunque son aparatos de fácil manejo, deben aprenderlo los trabajadores porque son los que están físicamente en las instalaciones y van a prestar el servicio en caso de necesidad».

Cabe recordar que el delegado de Turismo, Pedro Blas Vadillo, mencionó este año que la instalación de estos desfibriladores era «una cuestión de voluntad política y de compromiso con la ciudadanía para que Mérida sea una ciudad cardiosaludable donde se consigue asistir a cualquier persona que lo necesite y disminuir los tiempos de respuesta para recuperar a pacientes».