La concatedral de Santa María la Mayor se encuentra ubicada en el mismo centro. Una manzana para ella sola.

La entrada principal es por la plaza de España, la otra puerta, que se utiliza como entrada desde la parte posterior de la parroquia, principalmente para las bodas, da a la plaza de Santa María, lugar de históricos recuerdos en la ciudad. En una casa de esta plaza se creó el Liceo de Mérida el 17 de febrero de 1901; en la calle San Juan de Rivera y Madridejo, nombre de un magnífico escultor emeritense cuyas obras están muy cotizadas.

EL ENTORNO La concatedral está cercana a los edificios más carismáticos de la ciudad. Separado por el callejón de la Cruces, que es como se llamaba esta pequeña y estrecha calle en 1796, hoy Madridejo, está el antiguo palacio de Canilleros, que después fue palacio de Fernando Burnay, que lo vendió a la familia de Luis Simancas en 1960 para hacer el hotel Emperatriz y hoy, con la antigua cochera del Duque de la Roca, antigua Audiencia Vieja y antigua casa de Doña Coronada, y que adquirieron los condes de Fuente-Blanca, Carmen Pacheco Moreno y Antonio Galván Grajera, es el hotel Meliá.

Detrás de la concatedral se encuentra la plaza de Santa Clara, donde estaba la Iglesia del convento. Con la desamortización se convirtió en el teatro Ponce de León, posteriormente museo romano y visigodo y actualmente es museo visigodo.

Esta iglesia tenía adosado el convento de Santa Clara, que después fue residencia de Antonio Pacheco y que, a su ochenta años, hizo votos de pobreza y castidad y regaló la casa a su médico Andrés Valverde Grimaldi, que hereda su hijo Alfonso Valverde Palencia y que éste vende a la Junta de Extremadura. Actualmente es la consejería de Educación.

En la plaza donde se ubica la concatedral está el ayuntamiento y el Círculo Emeritense, del siglo XIX; el palacio de la China, de principios del siglo XX, y muy cerca, donde los sacerdotes daban clases de religión a los niños y niñas del colegio Trajano, el palacio del Duque de la Roca.

CAPILLAS En el centro de la concatedral hay dos capillas que pertenecen a dos familias de Mérida, una de ellas, la de Nuestro Señor Jesucristo, era de la familia de los Mendoza, de Cecilia Mendoza, y que en le transcurso de los siglos y en 1946 adquirieron por escritura pública y por cinco mil pesetas los condes de Fuente-Blanca, Carmen Pacheco Moreno y Antonio Galván Grajera, que en la actualidad es de sus hijos Antonio María, y María de la Soledad, esposa de Luis García de la Puente y García de Blanes, que nos ha facilitado documentación de la capilla y otros tratados, y de María del Valle y Maria del Carmen Pacheco Galván.

En esta capilla hay enterramientos familiares, no de los Pachecos que tienen su panteón cripta particular en el cementerio emeritense, sino de sus antiguos dueños.

La otra capilla pertenecía a la familia de los Vera, la más rica de la ciudad y que recayó en la familia. A primeros del siglo XX ya pertenecía al que fuera alcalde de Mérida Francisco López de Ayala y de la Vera y su esposa Dolores de la Vera.

Posteriormente pasaron a sus hijos, entre los que se encontraban Francisco López de Ayala, que también fue alcalde de la ciudad durante casi dos décadas y que casó con Josefina Aretio Saéz. Esta capilla corresponde a sus hijos Francisco, José María, Gonzalo y Margarina y a los hermanos de Francisco López de Ayala y sus descendientes.

La contatedral de Santa María la Mayor siempre ha estado muy vinculada a la ciudad de Mérida. Sólo, durante siglos, existieron dos parroquias, la de Santa Eulalia y la de Santa María y varias ermitas y conventos que iremos contando su historias.

Varios sacerdotes, de reconocido prestigio, estuvieron en esta parroquia, sacerdotes que en el próximo capítulo también conoceremos y que hicieron historia en esta ciudad.