La intención del equipo de gobierno es sacar un concurso público de ideas para que las empresas especializadas en gestión cultural elaboren proyectos para la restauración y uso de este complejo histórico-artístico.

El convento de las Freylas de la Orden de Santiago inició su andadura en el año 1530 con el traslado a Mérida del monasterio de Santiago de Robledo, en la sierra de Montánchez.

El inmueble se adosó al muro oeste de la iglesia de Santa Eulalia, cegando una de sus puertas de acceso. La zona aledaña a la basílica es la más rica, con una bóveda de cañón y estucados. El resto de los materiales predominantes son el ladrillo, los cajones de tapial y elementos reutilizados.