El conductor del coche que en mayo del 2004 atropelló mortalmente a Manuel Linde y a Miguel Angel Malpartida, dos jóvenes de 17 y 16 años que circulaban en un ciclomotor por el puente Fernández Casado, no tendrá ir a la cárcel. Así lo dictamina una sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, que sin embargo mantiene la condena de un año y nueve meses contra Miguel Antonio Benítez, por un delito de omisión de socorro, por lo que no pisará la prisión, debido a que la condena es inferior a los dos años y no tiene antecendentes. La sentencia incluye una multa de 600 euros y la prohibición de conducir durante un año.

Los familiares de los dos fallecidos presentaron ayer el fallo judicial, que califican como "vergonzosa". Ya han anunciado que presentarán un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Se trata de un nuevo capítulo de uno de los accidentes de tráfico más conocidos en la ciudad, y que fue juzgado en julio del 2008. La sentencia condenaba entonces a cuatro años y nueve meses de cárcel al autor del accidente, y fijaba unas indemnizaciones de 180.000 euros. Los abogados de Benítez presentaron un recurso que ha prosperado y que ha rebajado la condena al entender que las condiciones de la vía en la que se produjo el siniestro no reunían las mejores condiciones de visibilidad, máxime cuando se considera probado que el ciclomotor en el que viajaban los chicos --ambos sin casco-- circulaba sin luces delantera ni trasera.

El fallo reconoce que el coche circulaba a más de 80 Km/h, a pesar de que se trata de un tramo limitado a un máximo de 60 Km/h, una circunstancia que "no es por sí sola determinante de una tal gravedad como para considerar la conducta del acusado como delito de homicidio imprudente".

La sala imputa un falta de imprudencia leve al conductor por no prestar atención a la conducción. De hecho, no se hallaron indicios de frenada o giro alguno con el que tratar de evitar al ciclomotor. El vehículo, lejos de detenerse, continuó su marcha por el puente en dirección hacia Badajoz. En su declaración ante el juez en el juicio de hace un año, Benítez contó que sobre las 22 horas de aquel 29 de mayo de hace cinco años, oyó un impacto muy fuerte en la parte derecha de la luna delantera, que se agrietó, y que atribuyó a una pedrada, sin que en ningún momento viera moto alguna. Añadió que por temor a la reprimenda de su padre llevó el vehículo a una nave del polígono El Prado, donde lo dejó. Al día siguiente acudió a la comisaría para de denunciar la pedrada, y fue allí donde conoció lo ocurrido.

Para Ana Collado, la madre de Miguel Linde, la sentencia es "insólita, sorprendente y una vergüenza, nos ha consternado y es una burla". Añade que contiene "contradicciones", como que el tribunal "aprecie la omisión del deber de socorro y que, por contra, no aprecie que con lo que colisionó el acusado es una persona", indicó.