El verano está siendo soportable. Ayer caían unas gotas que refrescaba el ambiente. Más parecía un día de otoño que de verano. Los cambios climatológicos son muy comunes en esta época del año.

Hace años, Monserrat Caballet, en una de sus actuaciones en la ópera que compartió con José Carreras, tuvo que salir al escenario envuelto su amplio pecho con hojas de periódicos por el frío que hacía en la escena del Teatro Romano de Mérida. Algunos espectadores salieron ateridos de las caveas al ir en manga corta. Al día siguiente el calor fue sofocante y se tuvo que atender a la cantante en una ambulancia de Cruz Roja por una lipotimia por las altas temperaturas.

Los actores solían ir al lago de Proserpina y bañarse en la noche mirando la luna. Ya no van. Ahora podrían disfrutar de un paseo con luces. Hemos observado con satisfacción como la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha sustituido todas las farolas rotas y ha puestos los plafones arrancados por un grupo incontrolado de gamberros que suelen hacer de las suyas por donde pasan.

Responsables de esta institución como Fernando Aranda, ya ha anunciado que en breve se entregará al ayuntamiento todo el paseo perimetral para que sea el responsable de su mantenimiento y cuidado. Sólo queda poner de forma adecuada el puente cercano al Tiro de Pichón, para que todo quede perfectamente y se haga cargo el ayuntamiento, como se hizo hace unos días del paseo del río Albarregas y ya lo es del Guadiana. Una responsabilidad más y un gasto que añadir a los muchos que tiene el consistorio.