El ayuntamiento y el Consorcio de la Ciudad Monumental se han empeñado en continuar con la conflictividad. Así quien pierde claramente es Mérida.

El Colectivo Lusitania e IU siguen en sus trece de que el Estatuto de Capitalidad llegue al parlamento extremeño y se estudie. Se une en esta tarea el PP. El PSOE lo mira desde otro punto de vista. Y más conflicto.

IU exige al PP que pida el anteproyecto de las obras que se van a realizar con motivo de Mérida Tercer Milenio que significan varios miles de millones de pesetas que se van a invertir en la ciudad en la zona de la antigua barriada de La Paz: cinco consejerías, posibilidad de que vayan los juzgados, la Comisaría de Policía, parques, jardines, recuperar el entorno del acueducto de San Lázaro, hacer más viviendas sociales...

¿Qué quieren decir con exigir?. El alcalde Pedro Acedo sabía que le estaban colando un gol pero al mismo tiempo comprendía que era bueno para Mérida y se ofreció a dar toda clase de facilidades. Normal. Lógico. Y después se discute si es apropiado o no, pero nunca que se pueda perder algo que a Mérida le beneficia y las exigencias se piden cuando sean razonables.

El Consorcio está que se sube, no por la paredes, si no por la calle Almendralejo con las obras; por la calle Sagasta, con el mosaico y por la Puerta de la Villa, por el quiosco.

Pelearnos es algo que nos encanta. Una ciudad cuyos monumentos son Patrimonio de la Humanidad, mirar por su entorno y gastar lo necesario para recuperar o crear otro, es algo que es de obligado cumplimiento; crear nuevos conflictos puede que llegue a las autoridades competentes y nos borren del mapa como Patrimonio de la Humanidad y nos dejen como el gallo de Morón.