El gobierno local acuerda una reducción que ronda 1.100.000 euros en el presupuesto municipal para 2016, a pesar de que el Ministerio de Hacienda ha reclamado en un informe de carácter vinculante un reajuste superior a los tres millones de euros en los gastos corrientes y de personal recogidos en las cuentas. La portavoz municipal, Carmen Yáñez, explica que el consistorio no puede asumir el recorte que pide el Gobierno central, pues en caso de llegar a esa cuantía "es lo que nos quedaría por gastar del ejercicio y solo podríamos pagar lo comprometido".

El presupuesto ya está aprobado de forma definitiva, no obstante, mañana volverá al pleno junto con los nuevos ajustes, que afectarán principalmente a partidas de inversión y obras, compra de vehículos y plan de empleo local, entre otras. Este punto se votó ayer en la Comisión de Hacienda y recibió una abstención por parte de los grupos municipales de la oposición (PP, IU y Mérida Participa) y del concejal no adscrito, Juan Luis Lara. Sobre este asunto, Yáñez apunta que por el momento no se sabe qué pasará con el presupuesto en caso de que no salga adelante en la sesión plenaria, ya que ni el propio ministerio ha indicado aún cómo proceder porque se trata de una cuestión "excepcional".

El ministerio debería haber enviado el informe antes de que las cuentas recibieran el visto bueno plenario, no obstante, permitió seguir con su tramitación advirtiendo de la posibilidad de incluir ajustes una vez aprobado. Entre las exigencias destacan una reducción en las partidas de personal y gastos corrientes, así como un superávit con los ingresos por encima de los gastos. En definitiva, Yáñez recalca que el ministerio pide aumentar los ingresos para tener un ahorro mayor y reducir el tiempo medio de pago a los proveedores. Por otra parte, el nuevo plan económico financiero, que incluye medidas de ahorro y reflejan "la voluntad de mejorar el pago a proveedores", también obtuvo una abstención de la oposición y Lara previa a su debate mañana en el pleno.