El director científico del Consorcio, Miguel Alba, asegura que "se cumple totalmente el Plan de Ordenación Urbana y hasta el 2005 no se pudo iniciar el proyecto, pues había que concretarlo. Durante el tiempo que hubo para alegar reformas, no surgieron alegaciones en su contra".

En aquel momento Alba entendió que el proyecto era mejorable en cuestiones como "que el edificio se separara más del templo, así como que se hiciera más abajo para que se vieran mejor los restos". "Todo el proceso ha sido legal", asegura el director del Consorcio.

Otro aspecto importante que señala es que "el templo y los bienes culturales no son afectados de ninguna forma por la remodelación, no se les toca". Por último, Miguel Alba pide a la ciudadanía "que esperen a que esté terminado el proyecto para juzgarlo".