El Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida quiere evitar que se repitan escenas de daños al patrimonio cultural, como el ocurrido recientemente en las termas junto al acueducto de San Lázaro, para ello va a poner en marcha distintos proyectos educativos y de sensibilización, y quiere alcanzar un acuerdo con el Fiscal de Menores con el fin de que los delitos al patrimonio redunden en trabajo social dentro de la propia entidad.

Ha acordado también el diseño de un proyecto educativo, en el que participarán el ayuntamiento, el consorcio y el centro de profesores dirigido a los escolares. La iniciativa se pondrá en marcha bajo el nombre de La escuela adopta un monumento , y se llevaría a cabo en 2011 con el objetivo de vincular un centro escolar con los monumentos que están fuera de los recintos cerrados y, por tanto, más expuestos a acciones de vandalismo.

Desde el consorcio señalan que esta propuesta surge tras el reciente ataque que han sufrido las termas de San Lázaro. Próximamente se llevará a cabo la reparación de las pilas de suspensión de los baños romanos, mientras que ya se ha ejecutado el arreglo del cierre, que fue derribado y sustraído uno de los cables, y la limpieza del entorno. Según denunciaron los vecinos, este espacio era utilizado para hacer botellón.

"En todos sitios hay vandalismo, pero el problema que tenemos en Mérida es un problema creciente, y cuando se manifiesta contra el patrimonio es más preocupante todavía", ha señalado al respecto el director científico del Consorcio, Miguel Alba.

Otras medidas previstas son la programación de charlas de concienciación a las asociaciones de vecinos en los que tratar sobre este particular para que se impliquen en la custodia del monumento y la creación de un grupo de voluntarios-eméritos, que mediante una formación previa pasarían a ser protectores del Patrimonio.