"Una barbería con encanto". Así define Basilio Bermejo su original negocio, un local inspirado en la estética estadounidense de los años 50, situada en la calle san Juan de Dios. La idea del establecimiento nace de crear un espacio pensado para el hombre, un lugar agradable en el que se cuida hasta el mínimo detalle. Los sillones de la barbería son un ejemplo: rescatados de una tienda de antigüedades y restaurados por el propio Basilio, datan de 1920.

Este emeritense estudió peluquería y ha trabajado en el sector entre Mérida y Badajoz. Basilio habla ilusionado de su negocio, pues su sueño era montar su propia barbería con un estilo "retro-vintage". Sobre el hecho de ponerla en marcha en medio de la crisis, cuenta que no ha sido fácil, pero que las peluquerías son algo necesario. "La gente necesita cortarse el pelo", resume, convencido de que por ello este tipo de empresas no entrañan tantos riesgos, si bien a la vez comenta que se ha "dejado el pellejo en el proyecto", y que le "ha movido la ilusión para sacarlo adelante".

Hasta ahora está teniendo buena respuesta por parte del público, e incluso ha tenido que ampliar el horario para atender a su variada clientela. Por su peluquería han pasado ya desde políticos locales y ancianos a gente con tatuajes, extranjeros y actores del Festival de Teatro Clásico.

A partir de sus resultados positivos, anima a emprender, aunque reconoce que hay que tener una buena idea. El es un ejemplo: vio una oportunidad de negocio la barbería, ya que este tipo de peluquerías, con las características de la suya, no existían antes en la ciudad.