Mérida

La ciudad de Mérida, por su enclave geográfico, es el lugar de estudio a finales del siglo XIX y comienzos del XX para tener una guarnición de soldados. En 1917 por Real Decreto del 22 de septiembre se crean siete nuevos batallones de Artillería de Posición. Reunido el pleno municipal el 6 de octubre de ese año se acuerda dirigir un escrito de petición de una de las siete guarniciones al Estado Mayor Central del Ejército.

El 2 de febrero de 1918 se conoce de forma oficial que el ministro de la Guerra ha aceptado el ofrecimiento que ha hecho Román García de Blanes y Pacheco para alojar el nuevo batallón.

Es Mérida la primera de las siete ciudades a que se destinan las nuevas unidades, según un estudio del teniente coronel Jaime García Castro, jefe de Grupo de Artillería XI en nuestra ciudad, junto con Córdoba, Murcia, Girona, Huesca, Santoña,y Santiago de Compostela.

EMPLAZAMIENTO La primera ubicación que tuvo el Segundo Batallón de Artillería de Posición fue en la calle Alfonso XI, hoy calle Almendralejo, esquina con Vespasiano, y por la parte trasera con la calle Marquesa de Pinares. El lugar es conocido en la ciudad como el corralón de los Blanes y aún se ve uno de los símbolos de Artillería. El primer mando como primer jefe fue asignado el teniente coronel José Espí y Sánchez de Toledo.

El acuartelamiento estaba en Mérida y para dar ejemplo en el pleno municipal del 6 de julio de 1918 acuerda la Corporación adquirir un motor eléctrico de 3CV que se instaló el 22 de agosto por la Emeritense , compañía eléctrica.

Por suscripción popular, se adquiere el estandarte entregándose en la mañana del 16 de junio de 1919 en la plaza de la Constitución, hoy de España, tras una misa solemne de campaña y la bendición y entrega del estandarte siendo madrina Margarita García de Blanes y Pacheco. Una semana de celebración popular terminando con un baile de gala en el Salón Cinema Moderno, lo que fue el Disloque desde 1901, Frente de Juventudes, y actualmente un solar que limita con el Templo de Diana.

De esta primera hornada de militares formó parte como el primer teniente recién salido de la Academia Militar, Diego Flomesta Maya. Su nombre forma parte de la calle del acuartelamiento que con su destrucción no sabemos como quedará.

El teniente Flomesta pasó en 1919 de Mérida a Murcia, posteriormente a Melilla, y en lucha contra Marruecos en una de estos enfrentamientos cayó prisionero y murió de hambre en 1921, concediéndosele la Cruz Laureada de San Fernando a título póstumo por su heroísmo.

Otro buen artículo del cuartel Hernán Cortés lo escribe Fabián Lavado Rodríguez, licenciado en Historia Antigua y bibliotecario del Consorcio, en la revista Foro. Iremos desentrañando este artículo para conocer mejor nuestra historia, y el cuartel es una parte muy importante de ella.