Según la legislación vigente, la existencia de una responsabilidad contable conlleva la obligación del responsable de indemnizar los daños y perjuicios causados.

El supuesto más típico es el alcance, que se define como la ausencia de justificación en las cuentas que deban rendir las personas que tengan a su cargo el dinero público.

Por otro lado está la malversación de caudales, que es la sustracción del dinero o el consentimiento para que ello ocurra, o su utilización para usos propios o ajenos por parte de quien lo tiene a su cargo.