Dos grandes profesionales de la comunicación de esta región son Curra Luego y Roberto Gómez. A Curra le viene de casta, su madre María José Soto, es de las mejores locutoras que han pasado por esta región. Una voz deliciosa. Desde que comenzó hasta que dejó el locutorio estuvo en la Cadena Ser de Badajoz, inseparable compañera de Julián Mojedano. Hacían unos programas entrañables. María José era una mujer que supo, en momentos difíciles, unir en su entorno todo lo que de positivo podía dar, y lo dio.

Su marido Julio Luengo comenzó en Mérida y estuvo como director varios años en la Ser de Badajoz y a nivel regional, siendo pionero y partícipe en las emisoras de Frecuencia Modulada. Julio puso la emisora de Mérida. Todo un personaje. Murió demasiado joven.

La hija de ambos, Curra Luengo, está en TVE y me agrada cada vez que la veo, la conocí siendo muy niña, comenzé al lado de su padre hace más de treinta años. La última intervención de Curra ha sido con el Papa en Italia.

De Roberto Gómez, que ahora presenta los deportes en los telediarios de la mañana en TVE, comenzó muy joven. No le debe nada a nadie. Pura vocación de la comunicación. Sus comienzos fueron en Badajoz, también en la Ser; inseparable de José María García, al que nunca abandonó. Hemos leído que vuelve, nos alegra. García creó escuela y muchos que ahora son estrellas se lo deben a la enseñanza de un hombre que, con sus defectos y virtudes, supo dar un cambio espectacular a la información deportiva. De envidia lo mataron, por el momento.

Curra y Roberto son dos extremeños de Badajoz y Trujillo que han sabido escalar a lo más alto en la información con entereza, mucho sacrificio y no pocas horas de no dormir para llegar a la noticia en el momento justo. De deportes, Roberto se las sabe todas y conoce a todos.

Curra es un ejemplo de comunicadora. Lo dicho, le viene de casta.