La vida de Daniel Sarabia no se entiende sin la repostería. De familia pastelera, este emeritense creció rodeado de dulces y es el encargado de obrador en el negocio familiar, la reconocida pastelería Marquesa de Pinares. Desde que era niño sueña con ser el Mejor Maestro Pastelero Artesano de España (MMAPE), por ello, ha presentado su candidatura para la próxima edición del campeonato que otorga este título, que se celebrará los días 23 y 24 de febrero en Madrid, y que será disputado por otros 12 participantes.

--¿Qué le ha llevado a presentarse ahora al campeonato?

--Me ha movido la pasión que siento por la profesión, pero también la trayectoria, porque llevo ya 15 años trabajando en esto. Siempre tuve claro que sería pastelero y dentro de la profesión, la figura referente para mí ha sido siempre la del Mejor Maestro Pastelero Artesano de España (MMAPE). Lo que se va a valorar en el concurso es la creatividad artística y la técnica de cada concursante. Estamos optando a ser el mejor maestro pastelero español con un jurado de gran trayectoria.

--¿Qué supondría para usted hacerse con este título?

--Sería un sueño porque supondría alcanzar una meta que tenía desde pequeño. Mi familia se ha dedicado toda la vida a la pastelería y desde pequeño siempre ojeaba las revistas de pastelería que tenían mis padres por casa y veía la figura del MMAPE, que salía dando sus consejos o presentando sus nuevas elaboración.

--¿Qué cualidades se necesitan para llegar a ser el MMAPE?

--Dominar todas las técnicas y las materias primas, ser constante y tener mucha precisión. En este tipo de concursos también cuenta mucho la templanza porque te está viendo mucha gente y las elaboraciones se hacen en directo.

--A la hora de realizar sus elaboraciones, ¿qué persigue?

--Si quieres diferenciarte de los demás tienes que buscar la innovación y el aspecto creativo. No le tienes que dar al aspecto visual más importancia que al gustativo, pero indudablemente el aspecto visual es super importante porque no te vas a comer algo que no te entre por el ojo.

--¿En qué punto está el sector de las pastelerías en la ciudad?

--En la ciudad hay todo tipo de pastelerías, pero es cierto que el nivel está subiendo. Hay que potenciar al profesional para que pueda dar un salto y darse a conocer. Se podrían organizar concursos a nivel regional y local para que haya más competencia sana entre pasteleros porque al final repercutiría en la calidad del producto.

--¿Hay cultura del postre?

--Yo creo que sí y cada vez más. Conozco ya a bastante gente que antes de comerse la comida en un restaurante se toma el postre si sabe que son de calidad.

--En el ámbito gastronómico, ¿qué aporta la región a la repostería?

--En Extremadura la gastronomía es impresionante porque tenemos una materia prima extraordinaria y todo lo que se haga con ella es de primera calidad. La picota del Jerte se utiliza mucho en la repostería y las mantecas ibéricas también en algunas elaboraciones. Las harinas de bellota se usaron durante mucho tiempo.

--A nivel profesional, ¿hasta dónde le gustaría llegar?

--No quiero ponerme metas, mi intención es quedarme en la pastelería familiar. Quiero darle a los clientes de toda la vida un producto bueno y de calidad porque se lo merecen. Apuesto por Mérida, además, en lo gastronómico está creciendo una barbaridad.