Los daños causados en el dique de la Alcazaba y en los sillares de uno de los ojos del puente romano son "prácticamente irreparables" porque las llamas y el humo procedente del plástico de los cables incendiados ha dejado ambas zonas "bastante degradadas". Así lo indica Ana Bejarano, la coordinadora de conservación del Consorcio de la Ciudad Monumental, quien ya ha realizado los informes preceptivos para evaluar las consecuencias del acto cometido por las dos personas que, el pasado miércoles, fueron detenidas por prender fuego a dos rollos de cable que previamente habían robado, con el objetivo de extraer el cobre con el fin de venderlo.

Al parecer se trata de dos toxicómanos, un varón de 26 años y una mujer de 40, que ya han sido puestos a disposición judicial para ser juzgados por un delito por daños a un bien declarado Patrimonio de la Humanidad.

Hubo dos hogueras. Una en la parte baja del ojo del puente, al que se tiene acceso peatonal por el paseo del Guadianilla , y otra en la confluencia del dique con la torre de la Alcazaba, que puede observarse perfectamente desde el pretil del puente romano. Las partes más bajas de ambos lugares, que distan entre sí de unos diez metros, están "bastante degradados", debido ha que "la superficie del granito está totalmente calcinada". Además, en la zona de la muralla árabe, al encontrarse en un espacio abierto, la llama ha subido y ha tiznado una zona de 8 metros de alto.

LIMPIEZA El Consorcio ya ha iniciado los trámites para acometer el costoso proceso de limpieza, y lo hará con la mayor rapidez posible, puesto que el tiempo va en contra de la conservación de los monumentos. "Cuanto más tiempo pase la piedra absorve más el tinte", señala Bejarano.

Las partes inferiores, las más afectada por el contacto directo con las llamas son "prácticamente irrecuperables ya", porque la piedra está "totalmente quemada". El resto es una mancha que se limpiará, pero que en todo caso "no quedará como estaba antes", puesto que quedará con un tono "negruzco", al ser el granito una piedra muy porosa, que ha absorvido los componentes tóxicos y muy corrosivos emanados del plástico quemado.