El contacto precoz piel con piel tras el parto es una práctica beneficiosa tanto para el recién nacido como para los padres. Por ello, y a pesar de que en muchas ocasiones el papel del padre queda relegado a un segundo plano, en las primera horas de vida del bebé su progenitor puede tenerlo sobre el pecho, cerca del corazón, y ayudar así a mantener el vínculo afectivo mientras la madre se recupera.

Esta técnica de piel con piel con el padre tras una cesárea se viene realizando en el Hospital de Mérida desde el año 2012 y recientemente acaba de abrir una sala de puerperio. En ella se aplica un protocolo consensuado con los servicios de Anestesiología, Neonatología, Tocología y Paritorio, a través del cual mientras la madre se recupera durante dos horas en reanimación tras haberse sometido a una intervención quirúrgica, el padre pasa a la sala y toma contacto con el niño.

De los 1.465 partos que se produjeron el pasado año en el centro sanitario emeritense, en torno a un 26% fueron por cesárea. «La puesta en marcha ha sido muy bien acogida por las familias y hasta ahora todos los papás hacen uso de ella y están encantados», aseguran desde la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales. Asimismo, para el personal de enfermería con la especialidad obstetricia-ginecológica también ha supuesto «un revulsivo muy gratificante» que se atiendan sus iniciativas.

La sala de puerperio está ubicada dentro del paritorio, justo a la salida de la zona quirúrgica, y es ahí donde espera el padres mientras la madre pasa a reanimación. La puesta en marcha de este protocolo responde a que la dirección de Enfermería del hospital se marcó como objetivo ‘12 Meses 12 Iniciativas’ encaminadas a la humanización de los cuidados. Hasta la entrada en funcionamiento de la sala, esta práctica se realizaba en un espacio compartido como sala de dilatación y la mayoría de las veces no era posible llevarla a cabo, por ello han habilitado una sala de paritorio que antes estaba como almacén.