Los padres de los 125 alumnos del nuevo colegio de la Zona Norte, que llevan desde el inicio del curso escolar ocupando de forma provisional las dependencias de la antigua Politécnica, empiezan a temer que este va a ser el lugar al que cada mañana tendrán que llevar y recoger a sus hijos, si no durante todo el curso, al menos si buena parte del mismo.

El retraso de las obras de construcción del centro, situado en la avenida del Lago, se está conviertiendo en un problema de difícil solución, entre otras cosas porque parece que la Consejería de Educación, que es la entidad contratista, y la constructora Kantrila, la adjudicataria, no se ponen de acuerdo. Desde la administración educativa responsabilizan a la empresa de los múltiples retrasos en la finalización de unas obras que deberían estar terminadas y entregadas con tiempo suficiente para iniciar el curso con normalidad. Por este motivo, la Consejería viene aplicando las penalizaciones estipuladas en el contrato --42.000 euros al mes-- desde el mes de septiembre.

Los padres acaban de conocer --ayer celebraron una reunión convocada tras un encuentro con representantes de la consejería-- que además de los atrasos, lo que está construido presenta numerosas deficiencias en puertas, ventanas, acerado, suelos, sistemas de climatización, entre otras, que van a retrasar aún más su entrega.

Fuentes de la consejería manejan finales de diciembre como fecha para la finalización de las obras, con el fin de iniciar las clases en sus aulas en enero. Sin embargo, los padres ven muy complicado que se pueda cumplir con esta fecha, sobre todo porque después de recepcionar la obra se necesitan unos plazos para dotarlo de material y para la contratación de los suministros de agua y luz, entre otras cuestiones.

Todo esto podría retrasarse aún mucho más, varios meses, incluso años, si finalmente la consejería opta por resolver el contrato con la constructora, lo que implicaría la convocatoria de un nuevo concurso para adjudicar a otra compañía la finalización de las obras y el arreglo de las deficiencias. Este diario trató ayer de conocer la versión de la empresa, pero no recibió respuesta alguna.

Por el momento los padres no han tomado ninguna decisión con respecto a iniciar acciones de protesta por las múltiples molestias que les están ocasionando los retrasos, ya que llevar a sus hijos al colegio y recogerlos en pleno centro de la ciudad a las horas punta les resta mucho tiempo. Y es que, a pesar de que se han dispuesto autobuses gratuitos para los desplazamientos, al carecer de monitores acreditados, los padres tienen que acompañar en el trayecto a sus hijos. Muchos de ellos se desplazan por sus propios medios.