Dos máquinas excavadoras iniciaron ayer la demolición de parte del antiguo cuartel de artillería Hernán Cortés para dejar limpio el terreno donde se construirá el edificio del Museo Abierto de Mérida (MAM), un centro de recepción del turista que deberá estar terminado en un año.

Las naves demolidas son las de los antiguos talleres de artillería y del polvorín. El derribo afectará a un volumen cifrado en 29.000 metros cúbicos de superficie construida y se retirarán 18.000 metros cúbicos de escombros.

El alcalde, Pedro Acedo, que calificó este derribo como "histórico", manifestó que la sensación que le producía era la de "un sabor agridulce, ya que me hubiera gustado que los militares hubieran seguido, porque era una riqueza para Mérida, pero no pudo ser. Y la vida sigue y a partir de ahora tenemos 12 meses para realizar la obra y después sacaremos un concurso de ideas para preparar un espacio situado en el mismo centro de la ciudad".

El museo abierto lo construirá la empresa Vaysaca que cuenta con un presupuesto de 3.300.000 euros financiados en un 75% con fondos europeos de Interreg y un 25% por el ayuntamiento.

Por otro lado, el ayuntamiento va echar una capa de asfalto en la calle Teniente Flomesta, que está llena de baches, y va a ampliar el acerado de la avenida Extremadura cinco metros, recuperando un terreno municipal que los propietarios de las antiguas casas de los militares incorporaron a los patios y luego tapiaron.