El alcalde Pedro Acedo apuntó ayer que el derribo de la urbanización Balcón de Proserpina no podrá llevarse a cabo hasta dentro de varias décadas, en el caso de que finalmente salga adelante la modificación urbanística, puesto que para el ayuntamiento resulta imposible a medio plazo hacer frente al pago de las expropiaciones, que rondarían los cuatro millones de euros.

Acedo señaló que la modificación urbanística vino motivada por un informe técnico sobre la posibilidad de frenar la construcción de una segunda fase más cercana aún al muro de la presa, "en el que se recomendaba ampliar la declaración de zona no urbanizable a las construcciones vecinas", con el fin de proteger todo el entorno.

Sobre el procedimiento, el alcalde aclaró que la Junta aún tiene que dar el visto bueno a la modificación, y salió al paso de quienes hablan de discriminación por no incluirse otras zonas edificadas, apuntando que "si quieren que se extienda la protección más allá, que digan cuánto y hasta dónde".