Este verano han venido a pasar sus vacaciones a la ciudad 20 niños saharauis, ocho menos que el año pasado. Los menores, que tienen entre 7 y 12 años, proceden de diversos campamentos de refugiados y estarán acogidos por familias emeritenses durante dos meses. La mayoría de ellos vienen a España como recompensa a sus buenas notas en el colegio o por su buen comportamiento.

Según el coordinador de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Mérida, Pedro Freire, el descenso se debe a que muchas familias acogen durante años al mismo niño o niña y cuando cumple determinada edad y se le impide venir deciden no acoger a otro pequeño o descansar durante un verano.

No obstante, Freire asegura que este año ha habido familias que se han quedado sin niño porque la asociación pensaba que no se cubrirían las plazas. Muchas familias realizaron su petición más tarde por lo que no se le pudo ser asignado un niño.

A cada familia de acogida le cuesta unos 475 euros traer a cada niño pero la mayoría de los gastos son cubiertos por la subvención que da el ayuntamiento, aunque la cantidad varía en función del número de familias entre las que repartir la ayuda. Este año cada domicilio ha recibido entre 375 y 400 euros.