No se resignan. Parte de los 28 trabajadores municipales despedidos el mes pasado, después de que el Ayuntamiento retirara un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaba a 83 empleados, mantienen sus protestas. En el día de Santa Rita, la patrona de su oficio, una decena de ellos repartieron ayer unas octavillas de protesta y mantuvieron un encuentro frente al consistorio. La vicealcaldesa, Raquel Bravo, respeta sus movilizaciones, aunque recuerda que la decisión de sus ceses fue "difícil", pero "amparada por la ley" y no tiene marcha atrás.

La mayoría de los trabajadores afectados, sin embargo, han presentado recursos contra sus despidos (17 los presentaron de forma simultánea, bajo el amparo de CCOO, para demostrar su unión y ante la imposibilidad de poner en marcha una demanda conjunta) y una parte de ellos están dispuestos a continuar las movilizaciones. "Para que vean que seguimos aquí, aunque nos hayan querido borrar del consistorio", indica Raquel García Cruz, una trabajadora social muy implicada en las protestas.

Desde el consistorio, no se tuvo ayer conocimiento directo de su iniciativa, pero Bravo insistió en la legalidad de la medida tomada por el gobierno local: "No fue la más fácil, pero sí la más responsable". Además, recordó que el sindicato que apoya a los trabajadores, en alusión a CCOO, no aceptó negociar las medidas de acompañamiento previstas en el ERE. "Nosotros intentamos que todos esos empleados siguieran trabajando", defiende. Los representantes sindicales han manifestado en reiteradas ocasiones que algunas de las propuestas municipales eran ilegales.

El ERE municipal se presentó el 1 de marzo y fue retirado el 8 de abril, ante el fracaso de las negociaciones. El 16 de abril se ejecutaron 28 despidos sin preaviso que, en su mayoría, han sido recurridos.