Segunda jornada de feria, también marcada por la lluvia. Si por la mañana cientos de vecinos se acercaban al centro de la ciudad para tomarse una cañas, disfrutar de los rayos de sol y moverse al ritmo de los timbales de Los Danzarines Emeritenses, por la tarde se resguardaban de la tromba, más intensa que la del día anterior, en los diversos pubs, bares, soportales y establecimientos que se lo permitían. Algunos, más osados, se dejaban mojar por la lluvia e incluso, hacían gracias con los amigos protegiéndose con cartones a modo de paraguas. Para otros, no era tan divertido. "A mí esto me corta el rollo", le decía una chica a un amigo mientras buscaban refugio de la lluvia en las calles del centro.

Ni rastro quedó, a primera hora de la tarde, del ambiente alegre y festivo que a la hora de las cañas, se respiraba en la Calle Santa Eulalia o la Plaza España, donde era difícil encontrar mesa para sentarse a tomar cervezas. La fiesta se respiraba en el aire, más cuando el pasacalles de Los Danzarines Emeritenses, con timbales que empujaban a los vecinos a moverse a su ritmo, entraron en la plaza. Y la estampa se adornó aún más cuando los participantes en la I Exhibición de Enganche Tradicional Ciudad de Mérida cruzaron el centro para dirigirse al ferial.

Pero la cosa cambió a partir de las cinco de la tarde, más o menos, cuando se inició una lluvia que desencadenó una gran tormenta, más intensa que la del día anterior. Fue necesaria la intervención de la Policía Local en varias calles del centro de la ciudad, como la Avenida de Extremadura, para achicar el agua. Por el mismo motivo, la calle John Lennon perdió todo el ambiente, a pesar de estar cortada al tráfico desde primeras horas de la tarde, al igual que Suárez Somonte, que después se abrió al tráfico.

Otra vez, la lluvia inundó varias casetas del recinto ferial --que a primera hora de la noche, al despejarse el cielo, se animó bastante--, especialmente la nueva caseta juvenil, que apunto estuvo de no abrir. De igual forma, varios feriantes solicitaron el requerimiento de la Policía Local al anegarse los bajos de las atracciones, donde están colocados los cables de electricidad. Pero sin duda, el mayor incidente que causó la lluvia fue la suspensión del concierto de Camela, en el albergue juvenil El Prado. Por contra, el de Rapahael en el Teatro Romano, con gran afluencia de público, se mantenía al cierre de esta edición.

Hoy continúa la jornada de fiesta y si el tiempo no lo impide, se celebrarán paseos a caballo, pasacalles musicales, el Día del Turista y la polémica corrida de toros en la Plaza de San Albín.