Ha muerto Raymond Poulidor, el segundo por antonomasia en el mundo del ciclismo, un personaje humanamente encantador que disputó 14 Tour de la France donde alcanzó ocho veces el podio pero nunca consiguió ganar la carrera y sin embargo esta gesta, pues sin duda es un legado extraordinario, unida a su carácter le hicieron un ídolo popular en Francia trascendiendo al ciclismo, tanto que su apodo ‘Poupou’ da nombre a las derrotas repetidas pero aceptadas de la vida.

Creo que Poulidor encarna muy bien el poema de Kipling: si tropiezas el triunfo, si te llega la derrota y a los dos impostores los tratas de igual forma, si guardas en tu (segundo) puesto la cabeza tranquila... Poulidor tuvo un palmarés deportivo brillante (189 victorias entre 1960 y 1977) donde solo se le resistió el oro del Tour. Pero siempre tuvo la plata que es quien le ha llevado a la posteridad junto a su herencia de bonhomía y de esfuerzo hasta límites insospechados, por ejemplo subiendo el Puy de Dôme.El oro se lo llevaban dos figuras históricas del ciclismo, Jacques Anquetil y Eddy Merckx, y hubo algún otro que ganó el Tour esos años del que no ha sobrevivido ni el nombre.

Él mismo confesaba que había tenido suerte con el ciclismo y aunque el Tour era su vida, «quizá los franceses no me tendrían tanto cariño si hubiera ganado alguno». Y no lo ganó por los pelos, por escasos segundos o porque le derribó una moto. Pero Poupou iba a lo suyo y no se desmoralizaba, «despacito y buena carrera, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas».Tan hacía las cosas bien que una vez retirado se reconcilió con su antagonista y enemigo, Anquetil a quien acompañó en los últimos días de su vida. Moribundo, Jacques Anquetil le dijo: «Ya ves, mon amí, aquí también vas a llegar segundo». A segundón como Poulidor aspira este juntaletras pues Poupuo dió más brillo con su bicicleta a la plata que al oro.