TEtn medio de la que está cayendo, los que más sufren son los que no se pueden defender. No me refiero sólo a los trabajadores a los que se les renueva el convenio en esta época de dificultades económicas, si no también a los animales. Así es frecuente ver perros abandonados que deambulan moribundos, llenos de hambre y tristeza por algunas zonas menos pobladas de la ciudad, que tienen su ángel de la guarda en la protectora Acudame. Por cierto, estas áreas con menos viviendas también son las grandes perjudicadas por la crisis.

Cuando sobre el papel hay que cuadrar cuentas, resulta que no es rentable que tengan la iluminación que tenían, ni la limpieza, etc. Algunas parecen un bosque de jaramagos que crecen en las abandonadas zonas verdes del entorno y en solares privados olvidados por las promotoras, junto a las siluetas gigantes que descansan en este cementerio de grúas, vestigios de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Estos grupos de viviendas aisladas, tendrán que esperar para ser atendidas, aunque sus inquilinos pagan los impuestos municipales igual que lo hacen las que se encuentran en zonas céntricas o más pobladas de la ciudad. Quizás también debieran aplazarles los pagos hasta que puedan atenderlas con los mismos servicios.

Hablamos de las que se encuentran detrás de la Consejería de Agricultura, cerca de Casa Verde, de la avenida Luis Ramallo, o del camino del Peral, entre otras muchas, pero también de la barriada de Carrión, con tan sólo 50 vecinos que sin tener un paso peatonal que la comunique con la ciudad, ha dejado de tener transporte público. Un tema que aún está en estudio, ya que podría ser que en un futuro tuviera al menos un autobús por la mañana y otro por la tarde o incluso que se hiciera una inversión en infraestructuras para hacerles un camino por el que pudieran llegar andando a la parada más próxima. También ha quedado en el sueño de los justos el Vivero que sigue con veredas de polvo, barro y baches en invierno.