El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida vivió el 19 de septiembre de 1986 una jornada histórica que marcaría el devenir de la institución. Los Reyes eméritos, Don Juan Carlos y Doña Sofía, fueron los encargados de inaugurar ese día el edificio de la actual sede del museo, una obra del arquitecto Rafael Moneo que salvaguarda el patrimonio del bimilenario legado emeritense. La inauguración de la sede proyectada por Moneo marcó el inicio de una nueva etapa que coincidió con la llegada de José María Álvarez Martínez en sustitución de José Álvarez Sáenz de Buruaga, quien hasta entonces había estado al frente de la institución.

«El día de la inauguración fue maravilloso porque por fin se hacían realidad nuestros deseos. Para nosotros supuso una nueva andadura porque hasta entonces estábamos en una iglesia preciosa y queridísima del antiguo convento de Santa Clara, pero no tenía el suficiente espacio y las prestaciones que un museo moderno tiene que tener», recuerda Álvarez. Tres décadas han pasado ya desde aquella jornada y, por ello, el museo romano celebró ayer el 30 aniversario de la sede actual con un seminario internacional titulado ‘Pensando y haciendo museos’, a cargo de importantes figuras del ámbito museístico para debatir sobre cómo han evolucionado las infraestructuras y funciones de los museos arqueológicos hasta el siglo XXI. El encargado de abrir esta serie de conferencias, que se extenderán hasta el mediodía de hoy, fue el propio Moneo con su charla inaugural bajo el título ‘En el origen, Roma’.

«Celebrar estos 30 años y encontrarme en una obra tan crucial y definitiva para mi vida profesional y personal hace que sea especial vivir este momento con todos ustedes», reconoció ante el público asistente el arquitecto originario de Tudela (Navarra). En este sentido, Moneo manifestó que con el edificio que proyectó para albergar las piezas del museo quiso «materializar el pasado en el presente para que los emeritenses no olviden que fueron romanos». El ganador del prestigioso premio Pritzker de arquitectura ensalzó en su ponencia la importancia de la civilización romana y su legado para pasar a desglosar el proyecto del museo. A su conferencia asistió el presidente del Gobierno regional, Guillermo Fernández Vara, la secretaria general de Cultura, Míriam García Cabezas, así como la conservadora del museo y exconsejera de Cultura, Trinidad Nogales, entre otros representantes políticos.

La ‘joya’ de Moneo

Desde el punto de vista de la museología, Álvarez señala que el edificio proyectado por Moneo tiene «una serie de valores incuestionables» y se configura como «un reclamo perfecto para que la gente venga a Mérida». Considera que como consecuencia de la inauguración de la sede del museo se produjo «un antes y un después en la museología española», al tiempo que su implantación en la ciudad ocasionó que el turismo se disparara.

«Antes venía una persona a visitar el conjunto arqueológico emeritense y se circunscribía al teatro y al anfiteatro, pero con el museo había que quedarse más tiempo», destaca Álvarez. Prueba de ello, apunta el director, es que «nada más que hay que darse una vuelta por los alrededores del museo y ver la calle José Ramón Mélida, que antes estaba oscura y vacía, y ahora está llena de tiendas de souvenirs». Asimismo, este aumento de visitantes ha tenido su repercusión en el ámbito económico con estudios «de gran relieve» en los que se pone de manifiesto la incidencia económica del museo para Mérida, y es que más de dos millones de personas han visitado el museo desde la apertura de la sede actual, con una media anual próxima a las 200.000 visitas.

Ya están en ejecución los trabajos para la ampliación del edificio, que también es obra de Moneo y permitirá incrementar la superficie del museo en más de 4.300 metros cuadrados. El objetivo es reubicar en los nuevos espacios despachos de administración e investigación, biblioteca, salón de actos, sala de exposiciones temporales y almacenes, para con ello poder ampliar las zonas expositivas en los espacios ya existentes.