Un sexagenario emeritense malvive desde hace seis años en un cobertizo de piedra construido en un parque de Mérida, en el que tan solo dispone de un habitáculo, sin cocina ni servicio y en el que se aprecian numerosas humedades y se respira un ambiente insalubre.

Se trata de Antonio Cerrato, un jubilado de la ONCE, que a sus 64 años se ve obligado a vivir en esta situación debido a los "vicios" que ha tenido en épocas pasadas, como él mismo reconoció abiertamente en declaraciones a Europa Press.

"He sido un vicioso de las máquinas y de las mujeres, pero ya voy recuperándome, y aunque tengo pensión tengo que pagar lo que debo", lamentó este jubilado antes de indicar que por esas circunstancias no dispone de recursos económicos para alquilar una piso, pese a contar con una pensión, ya que la emplea íntegramente en pagar sus "deudas".

Por ello y hasta que pague lo que adeuda ha solicitado en reiteradas ocasiones a los servicios sociales del Ayuntamiento de Mérida una casa para vivir dignamente hasta que él mismo pueda alquilar.

De momento, y pese a llevar en la misma situación desde hace "seis años", las asistentas sociales deniegan su petición por disponer de una pensión, según explicó. "Por mi mala cabeza me encuentro así, me encontré con una mujer que me llevó a la ruina, así que hasta que no levante la cabeza y pague las deudas no podré alquilar una casa", aseveró.

En cuanto a las condiciones en las que vive, asegura que aguanta "a base de valor y fuerza" y también gracias a la ayuda de "Dios", ya que según apostilló su "chabolo" que presenta numerosas goteras no es un lugar apropiado para realizar su vida diaria. "Aguanto las goteras como puedo y pongo unos plásticos para que no entre agua", relató.

Asimismo, subrayó que pese a su situación económica y a los "problemas" que tiene, recoge chatarra para ganar algo de dinero y trata de buscarse la vida como puede, eso sí "sin robar", según apostilló.

Para concluir, indicó que su salud está empeorando debido a la humedad que tiene que soportar al dormir en la caseta de jardinería situada en las inmediaciones de la Ermita la Antigua y a tan sólo unos 50 metros de los servicios sociales municipales.

Por su parte, la concejala de Sociales del Ayuntamiento de Mérida, Carmen Yáñez, indicó en conversación telefónica que desde la institución emeritense se ha "atendido" a Antonio, al que se le "ha requerido" más documentación para atender su solicitud, pero según concluyó la concejala él mismo "no ha regresado" a los servicios sociales de base desde 2003.