Los 35 trabajadores que quedaban en la plantilla de Arcobel han cancelado legalmente su relación laboral con la empresa, que oficialmente cerrará sus puertas el día 31 de diciembre, aunque ya no haya nadie trabajando en ella.

Los trabajadores que quedaban han adelantado su salida al cogerse días libres que les debía la empresa y por las propias vacaciones navideñas.

Más de la mitad de la maquinaria se ha trasladado ya a San Vicente de Alcantara, donde el grupo Sabaté Diosos tiene otra industria que quieren potenciar, y que paradojicamente se llama Corchos Mérida.

En cuanto a los terrenos de la fábrica Arcobel, saldrán de inmediato a la venta por parcelas.

La crisis de arcobel comenzó en enero de este año, cuando la empresa presentó un expediente de regulación de empleo con cierre definitivo alegando causas económicas. En marzo, la Dirección General de Trabajo aprobó el expediente de extinción de empleo y cese de la actividad de las empresas Arcobel y Aseicork, con 87 y 47 trabajadores, respectivamente, 134 empleos.

Los trabajadores aceptaron las indemnizaciones y los sindicatos negociaron un calendario para que los despidos fueran graduales. Aseicorck, un centro especial de empleo que dependía de la ONCE, no aceptó y cerró en mayo. Arcobel fijo un calendario, cuyos despidos han terminado este mes, y con ello el cierre de una empresa que ha sido emblemática para la ciudad.