La empresa mixta Gas y Servicios de Mérida (Gasmer), en la que el ayuntamiento posee el 52% del capital, ha cerrado el último ejercicio con unas pérdidas de 420.000 euros (70 millones de pesetas) durante el pasado año. Sin embargo, según fuentes del consistorio y de Gasmer, ese déficit "entra dentro de los normal", teniendo en cuenta que "se han hecho muchos más gastos en poner la red, que ingresos".

Esta cifra de pérdidas, reiteran se debe a que "se han invertido 400 millones de pesetas en los dos últimos años, y a finales de este año esperamos que se empiecen a producir pequeños beneficios".

Por ello, confían en que a medida que vaya creciendo el número de abonados, "las cuentas de resultados empezarán a ser positivas". Además, reiteraron que "trasladar esa inversión, aunque se haga a veinticinco años, la amortización de la misma es bastante importante, pero cuando el consumo se alto y haya más abonados, poco a poco se superará y se empezará a ganar dinero".

En la actualidad ya se han acometido todas las obras para gasificar las redes principales de la ciudad, y se está acometiendo la red secundaria para que cualquier calle que quiera tener gas natural se una a la canalización principal más cercana. Estas fuentes apuntaron que ya hay gasificados unos 50 kilómetros distribuidos por la ciudad, "pero queda muchísimo, porque a finales de este año estarán terminadas las redes secundarias para que a partir de ahí se puedan unir a la principal".

En este sentido, la inversión prevista para este año es de 1,8 millones de euros (300 millones de pesetas), sobre todo para la ampliación de las redes en otros diez kilómetros. Además, la propia empresa confía en que a finales de este año haya 2.500 abonados en la ciudad.

DOS AÑOS DE OBRAS

Las obras de canalización del gas natural comenzaron el 19 de julio del año 2001 en el camino viejo de Mirandilla, y la red se extenderá incluso hasta el polígono industrial El Prado, para abastecer a algunas empresas que lo han solicitado.

Este tipo de gas "aún en muy desconocido para los ciudadanos", pero "es más barato, limpio, seguro y mucho más cómodo".