Tres cráneos humanos y al menos siete trozos de lápidas. Es lo que ayer encontraron los obreros de la empresa Imesapi en un parque de San Bartolomé cercano al arroyo Albarregas cuando se disponían a abrir una zanja para mejorar la red de saneamiento y drenaje de la zona.

Así se lo confirmó a este diario el concejal de Policía, José Fernández, que aseguró que los restos habrían aparecido "aproximadamente a un metro de profundidad". En una de las lápidas --según dijo, se sabe que son varias porque el mármol es diferente-- puede leerse la inscripción 1909-1960 junto al nombre de una persona. Sin embargo, Fernández explicó que "la fecha de la lápida no tiene por qué coincidir con la época de los cadáveres, puesto que en esa zona se han llevado a cabo trabajos de relleno anteriormente".

Así, una de las hipótesis que baraja el consistorio es que se trate de lápidas que quedaron inservibles hace tiempo --al enterrar por ejemplo, en el mismo nicho a otra persona-- y que fueron enviadas a alguna escombrera para después utilizarlas como relleno. Pero con respecto a los cráneos, Fernández no pudo dar ninguna explicación, "aunque tampoco hay que ponerse en lo peor".

La Policía Nacional y Local ya están investigando lo ocurrido, y según explicó Fernández, tras la llegada del juez, los restos han quedado en manos de la Policía Científica, que practicará una autopsia para tratar de identificar la época de los huesos y si fuera posible, a quién pertenecen.

La zona donde se econtraron los restos --un parque cercano al arroyo Albarregas y al acueducto de Los Milagros-- permanecía acordonada al cierre de esta edición, ya que está previsto que los trabajos de búsqueda continúen hoy. La obra --un proyecto del II Plan E dotado con un presupuesto de 270.000 euros-- está paralizada de momento, pero el juez ha autorizado la apertura de una nueva zanja para la red de saneamiento a una distancia de 15 metros de la anterior.