Julián González Peinado, de 46 años, y su hija Paula, de 9, fallecidos en la localidad salmantina de Villar de la Yegua tras inhalar monóxido de carbono procedente de un brasero, fueron enterrados el domingo en el cementerio municipal, ya que la esposa y madre de la niña es de Mérida, de una conocida familia dedicada a la hostelería que regenta el Bar Cuéllar.

Según las investigaciones de la Guardia Civil, el viernes, las víctimas utilizaron un brasero para calentar una alcoba que retiraron cuando se fueron a dormir, para sustituirlo por una estufa eléctrica, ya que la calefacción estaba averiada.

Sin embargo, la habitación, que permaneció cerrada cuando se acostaron, tenía ya poco oxígeno por las emanaciones del brasero (monóxido de carbono).

El hombre fallecido se había desplazado con su hija desde su lugar habitual de residencia, Salamanca, hasta la casa de sus padres, con el fin de participar en la matanza de un cerdo, explicaron a Efe fuentes municipales.

Los padres del fallecido hallaron los cadáveres sobre las siete de la mañana en una de las habitaciones del domicilio en el que también ellos habían pasado la noche.