Hace unos meses, en una entrevista que me hizo en su programa Angel Valadés en Tele Mérida, me preguntó quien era el mejor político que conocía. No dudé ni un sólo segundo: Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de la Junta de Extremadura. Es un político que se ha hecho como el buen vino. Con el tiempo va ganando en graduación y en bouquet.

En Localia, Nieves Moreno le ha hecho una entrevista genial a Rodríguez Ibarra. No perdí un sólo segundo. Me llamó la atención, no sólo el político, sino el padre. Comentó cosas de su hija en varias ocasiones y dijo algo que me conmovió: "antes que la política está mi hija". Y a ella quiere quedarle una Extremadura como ha pensado siempre. Lo está consiguiendo. Ha rechazado un puesto de ministro, difícilmente otros lo hubieran hecho, caso de José Bono, que es un político extraordinario, pero que la tentación le ha podido, algo que no ha ocurrido con Rodríguez Ibarra.

Y es verdad que antes, nuestros productos como el tomate, pimiento, arroz y otros salían de aquí para transformarse fuera. Todo está cambiando y se transforman en nuestra región.

El esfuerzo ha sido titánico. Cuando cogió las riendas de esta región era una comunidad que le hacía falta todo: carreteras, agua corriente y potable en los pueblos, pavimentación, saneamiento, iluminación... Ahora se hacen piscinas, casas de cultura, de la tercera edad, de asociaciones de mujeres y hombres... Un camino que ha costado lo suyo, de ahí que estemos los últimos, pero hemos conseguido lo mejor y sobre todo, estamos avanzando, antes, los últimos a distancia y sin caminar. Rodríguez Ibarra está sIguiendo el consejo que le dio mi padre: escribir un libro sobre Extremadura, sus cambios, su política. Antes quiere ser Doctor en Filosofía y Letras y atender a su hija que es lo más importante.