La ermita Nuestra Señora de la Antigua es la más carismática de la ciudad. Ha pasado durante siglos por avatares que han podido suponer su destrucción, como ha ocurrido con otras, una muy cercana y de la que sólo se conservan fotografías es la ermita de San Lázaro junto al acueducto del mismo nombre. Se remodela el convento de Santo Domingo y ermita de San Andrés.

Hemos visto ir desapareciendo la ermita de la Piedad y la de Santa Catalina. Cada una tiene su historia que iremos contando, como lo han hecho otros historiadores en artículos y libros que han llegado a nosotros.

MORENO DE VARGAS Es nuestro historiador emeritense por excelencia, en el año 1633 escribía la Historia de la ciudad de Mérida y hace casi quinientos años, mil cuatrocientos setenta y tres exactamente, escribía: "El convento de Nuestra Señora de la Antigua de frailes descalzos de la orden de San Francisco, se fundó en 1576 y estuvo en la ermita de la Santísima Trinidad; y porque aquel sitio tenía falta de agua, se mudó a la ermita de la Antigua el año 1578, cuya iglesia es de suntuoso edificio, y el convento muy bien acabado; hízose todo a costa de la ciudad, que también les hace de ordinario limosna para el sustento de los frailes. Fundole Fr. Juan Ruiz, provincial de la provincia de San José, cuya fue esta casa algunos años; ahora lo es de la de San Gabriel.

La imagen antigua de la Virgen, está en altar de por sí; tiénele mucha devoción, y cuando en tiempos de seca u otras necesidades se saca en procesión y se lleva a la iglesia mayor, se ha visto muchas veces remediarlas y socorrer a su pueblo".

La ermita de la Trinidad estaba al final de la calle San Salvador, de ahí que en principio llevara este nombre. Fue destruida, como tantas otras cosas en la ciudad, incluido archivos, las tropas francesas cuando sometieron a la ciudad a un bombardeo, según Vicente Navarro del Castillo, el 25 de marzo de 1811. Dos años después se destinó a cementerio y el resto a huertos, pertenecía a la cercana parroquia de Santa María, en este recinto se levantó el matadero municipal y actualmente el edificio de la calle Morería de la Junta de Extremadura donde están ubicadas varias consejerías.

La ermita siempre tuvo problemas con las crecidas del río Albarregas y sufrió una importante en 1638 que derrumbó las tapias de sus huertos.

Contaba esta ermita con un amplio convento de magnífico claustro, cuyos restos aun se conservan.

En las procesiones de la imagen participaba toda la ciudad e iba acompañada desde la ermita a la parroquia de Santa María, es decir, de punta a punta de la ciudad, la imagen se sacaba para pedir lluvia por por alguna calamidad que en ocasiones arrasaba Mérida con enfermedades y epidemias. Al estar lejos de la ciudad su vida espiritual se centraba en los oficios religiosos de los frailes y algunos actos que se celebraban en determinadas festividades.

Al abandonar el convento los frailes se convertiría de nuevo en ermita, estuvo durante años en manos particulares, después se remodeló en época del alcalde Antonio Vélez y se convirtió en lugar de actos culturales, se pensó como lugar de museo de Juan de Avalos. El actual alcalde Pedro Acedo la cedió a la iglesia católica que es en definitiva a quien perteneció desde su fundación.