Es ingeniero técnico de obras públicas y topografía, y desde hace más de 20 años un gran apasionado de la fotografía. A través de su objetivo, el emeritense Marco Sánchez Nova se acerca a múltiples realidades, entre las que no faltan los eventos sociales y culturales de la ciudad. Esto le ha llevado a ganar en tres ocasiones el concurso del cartel anunciador de la Semana Santa de Mérida, la última de ellas ha sido este año y se ha dado a conocer recientemente, por lo que la festividad de 2020 se anunciará con una fotografía suya en la que muestra un perfil de Jesús de Medinaceli a su paso por el Templo de Diana.

-¿De dónde le viene su afición por la fotografía?

-Llegué a la fotografía por la afición que tenía desde chico por la pintura y el dibujo. La fotografía es para mí una manera más inmediata de captar las cosas. Yo soy un aficionado y he ido aprendiendo fotografía de forma autodidacta y gracias también a un grupo de amigos aficionados que hacemos salidas para hacer fotos y compartimos conocimientos. Aprendo mucho de la gente.

-¿Cuál fue su primera cámara?

-Mi primera cámara fue una de segunda mano que compré en el año 98-99 a un amigo mío. Era una cámara manual en la que tenías que ajustar todos los parámetros para hacer la fotografía.

-¿Qué tipo de fotografías realiza?

-Mi obra evoluciona desde la fotografía social, paisajes y viajes por Europa, hasta arquitectura, obras públicas, además de la fotografía nocturna y astronómica. Hace unos seis años me aficioné mucho a la micología y también empecé a unir esa gran afición por las setas con la fotografía.

-¿Qué le aporta la ciudad a nivel fotográfico?

-El hecho de vivir en Mérida me da la facilidad de tener de cerca eventos tan importantes como Emérita Lúdica, los carnavales, el festival de teatro clásico, la Semana Santa o el día de la danza, entre otros. Desde que acaba el invierno hasta final del verano, en la ciudad hay eventos prácticamente todos los fines de semana y me gusta fotografiarlos.

-¿Es Mérida fotogénica?

-Soy poco objetivo porque me considero un apasionado de Mérida y un defensor a ultranza de mi ciudad, pero es verdad que cualquier evento que se haga en el Templo de Diana y en la ciudad en general queda muy bonito desde el punto de vista plástico.

-¿Cualquiera puede hacer una buena fotografía?

-Sí, por qué no, al final es robar un instante, luego cada uno tenemos nuestros encuadres o nuestra manera de enfocar y desenfocar. Para mí es fundamental el encuadre, el enfoque y las composiciones de luces.

-¿Qué supone para usted ser por tercera vez el ganador del concurso del cartel anunciador de la Semana Santa emeritense?

-Para mí el premio es secundario, porque al final lo más importante es que mi fotografía forme parte del cartel anunciador de la Semana Santa de mi ciudad. Siento mucho orgullo al ver que mi fotografía sirve para contribuir a promocionar Mérida, incluso fuera de la ciudad, así que estoy muy agradecido al jurado del concurso y a la Junta de Cofradías.

-¿Le queda ‘carrete’ para largo?

-La verdad es que no me canso de la fotografía, esta afición es peligrosa porque a veces también se convierte en un vicio.