El señor Elías Rivera --que ayer firmaba una carta en este mismo diario-- falta a la verdad en sus afirmaciones. El Ayuntamiento de Mérida ha despedido a un grupo de trabajadores por causas económicas objetivas. Son empleados --como el señor Elías Rivera-- que entraron con contratos temporales. Se trataba de contratos que se fueron prolongando en el tiempo pero que, en ningún caso, eran funcionarios ni tenían el derecho a estar en el ayuntamiento de por vida.

Este señor debe recordar que el alcalde lo recibió con toda la educación y la deferencia que merecía. Se le atendió entonces con respeto a pesar de su comportamiento alterado. Incluso llegó a amenazar al delegado de Deportes, que no quiso denunciar los hechos. También yo personalmente lo recibí como delegada de Personal. Lamentamos la situación familiar del señor Rivera. Pero esta persona no es ni más ni menos que otras que también tienen situaciones familiares muy complicadas y más en esta época.

Debe saber además que si los sindicatos hubieran pactado las propuestas de mejora ofrecidas por el ayuntamiento, se habría beneficiado de una futura jubilación anticipada. También, si hubieran aceptado la novación de contratos, de fijos a discontinuos, también se habría podido quedar trabajando, puesto que prestaba sus servicios en el Parque Municipal. Además, incluso se podría haber acogido a una excedencia voluntaria incentivada con hasta 15.000 euros.

XGASTO INSOSTENIBLEx Mérida no puede sufragar la plantilla de personal municipal. Son los vecinos los que pagan a los trabajadores con sus impuestos. Desde la época de Antonio Vélez , que ahora critica tanto y con palabras tan gruesas estos despidos, fue creciendo la bola. Vélez convirtió en fijos a 225 empleados en un claro fraude de ley.

En la anterior legislatura, Angel Calle , también del PSOE y exsindicalista de CCOO, firmó una reducción de gasto de personal que no cumplió. Gastó casi 27 millones aunque presupuestó 22 y así se lo hizo saber al Ministerio de Hacienda. El PSOE nombró siete directores generales, a dedo, con un gasto en cuatro años de 2,5 millones. Y ello pese a que en 2008 ya reconocían la crisis y la caída de ingresos.

Hace seis años el ayuntamiento tenía 70 millones de ingresos mientras que ahora tiene poco más de 40. La deuda es asfixiante. Trabajamos para sacar al consistorio de la ruina, para hacerlo viable y solvente. El gobierno del PP ha emprendido una gestión austera; con reducciones importantes en personal, con la eliminación de todos los altos cargos de la anterior legislatura y la reducción de liberados. Hemos eliminado casi el 90% de los gastos en grupos políticos.

Estamos realizando un enorme esfuerzo en reducción del gasto y seguimos prestando los mismos servicios. Estamos gestionando la situación sin perder calidad de los servicios públicos, anulando empresas deficitarias, como la de turismo, para que todo funcione mejor. Cuando el ayuntamiento pueda, de nuevo, contratar personal, lo hará en condiciones de igualdad, mérito y capacidad para todas las personas que quieran acceder a la administración pública. Nuestro compromiso es con todos los ciudadanos, con independencia del color político. Ante ellos debemos rendir cuentas y lo haremos con responsabilidad.