La empresa Extremeña de Grasas ha acordado proceder al cierre de sus instalaciones del 10 de agosto al 14 de septiembre, a fin de no entorpecer las manifestaciones culturales y espectáculos que se celebran en la ciudad con posibles malos olores. Quiere así colaborar con el ayuntamiento para que durante esta época "no haya ninguna posibilidad de que se dificulte en forma alguna de las actividades organizadas en la ciudad y la convivencia de sus habitantes".

El pasado 14 de octubre, el consistorio autorizó a esta empresa a retomar su actividad después de que el alcalde, Angel Calle, levantase cautelarmente la orden de cierre que acordó el 29 de agosto del 2008 hasta que la factoría redujera su emisión de malos olores.

Todo llega después de meses de polémica entre el gobierno local y la empresa, por las continuas quejas de los vecinos --sobre todo de la urbanización El Prado, cercana a la planta-- por esos malos olores.

Por ello, se aprobó el traslado de factoría a una parcela situada en la carretera EX-105, entre el embalse de Alange y la antigua N-630, una de las condiciones impuestas por el ayuntamiento emeritense para no cerrar la factoría, que estuvo clausurada algo más de un mes el pasado año por desprender malos olores. Esos nuevos terrenos están a más de tres kilómetros de cualquier asentamiento urbano, y se encuentra en el término municipal de Mérida, lo que conlleva mantener el domicilio fiscal.