Mérida ha vivido un año más unas fiestas que la mitad se van de vacaciones a las playas y la otra que se queda para disfrutar de sus ferias. Este año han sido las minimotos en lugar de las conocidas chochonas en las tómbolas del Maño, donde su dueño, César, vuelve a ser un espectáculo y un encanto de persona. Todos salen contentos.

Han faltado los pollos asados con pimientos, que te salían muy baratos, pero a la hora de pagar el pan, las bebidas y el sitio, el pollo tenía el precio de las huevas del esturión.

Los cacharritos a dos euros la tirada, que traducidos en pesetas pasan de las trescientas. ¿Dónde están esos veinte duritos, y te parecía caro, de antes del euro?. Eso de entrar en Europa es bueno, pero será para los que reciben subvenciones.

Mérida no tiene unas ferias normales, se prolongan con la entrega de Medallas de Extremadura, hoy, en el Teatro Romano de Mérida, donde se reunen autoridades políticas, civiles, militares y eclesiásticas. Todo son saludos antes y después. Mañana, el Día de Extremadura, que como es jueves, se hace un pequeño puente que en Mérida es un acueducto en toda regla. Se prolonga desde el día 31 de agosto, que se abre el ferial, hasta el 12 que es lunes y se abren las empresas con recargamiento de pilas físicas y psíquicas.

Las ferias del próximo año, la última antes de celebrase las elecciones municipales con dos candidatos: Pedro Acedo y Angel Calle, serán como las películas: ´Duelo de Titanes´. Las próximas ferias: pollos gratis, cacharritos a peseta y taxis para todos.