A nadie escapa que la feria que ayer terminó ha tenido un gran ambiente durante los cinco días de festejos, con masiva presencia de público, tanto en el centro como en el ferial, sobre todo el viernes y el sábado --ayer la afluencia en el recinto era notablemente menor después de la gran colección de fuegos artificiales--, aunque se han dado algunas circunstancia que han ensombrecido los festejos.

Los más críticos con el programa elaborado por el equipo de Gobierno y, sobre todo, los aficionados a los toros, han mostrado sus quejas por la ausencia de corridas en el coso de San Albín, y la prueba de la plaza portátil no ha enganchado ni mucho menos a los ciudadanos --la entrada no ha superado ninguno de los tres días la mitad del aforo--. Un aviso para el próximo año.

Además, el viernes se produjo el suceso más luctuoso durante la fiesta, con la muerte de un joven al ser arrollado por un tren a pocos metros de la estación de Renfe.

Sin embargo, la alegría, el buen rollo y la participación ciudadana han primado durante toda la feria. Una vez más el centro a vuelto a ganar adeptos por el día, mientras que el ferial se deja para acabar la noche.

Hoy llega el momento del balance de los políticos, algunos de los cuales, por cierto, han pisado poco el recinto.