Agosto y las fiestas de la localidad. Unas fechas marcadas en el calendario de las agencias de viaje de la ciudad que ven como este año no tiene nada que ver. Y es que por cada tres reservas que se hacen, una finalmente se acaba cancelando.

En años anteriores, la población emeritense aprovechaba las fechas de las fiestas para cogerse sus merecidas vacaciones a puntos tan distantes como placenteros. Situación que provoca siempre mucha controversia en la ciudad. En esta ocasión, marcado todo por el miedo y las medidas de seguridad al de sobra conocido covid-19 «es como si no hubiese feria, no tiene nada que ver» lamentó uno de los gerentes de una de las agencias de viaje emeritense. «Agosto está siendo malísimo, pero la semana de la feria está siendo incluso peor» expresó la gerente de otra agencia de la localidad.

«Se está apostando, algo más, por la reservas individuales y con corto tiempo de preparación», a diferencia de otros años ya que «teníamos varias reservas para estas fechas desde enero y febrero pero ahora las están cancelando por el miedo y las preocupaciones que existen» argumentaban en una céntrica agencia emeritense quienes además daban un dato esclarecedor, «estos días estamos haciendo dos o tres reservas cada día, sin embargo, una o dos de esas se cancelan pasados unos días ya que las noticias de contagios aumenta cada día que pasa y eso provoca el miedo en la gente».

Aun así, hay familias que, aunque con reticencias, siguen apostando por sus días de relax y descanso, en esta ocasión la desconexión no parece acertada. Estos viajeros, en este año «eligen destinos cercanos como son a Huelva o a Cádiz en cuanto a destinos de playas y León o Zamora en destinos más de turismo interior».

Y a pesar de la crisis que están viviendo los hoteles también durante esta fechas, los que se animan a viajar incluso se quedan con ganas de más y repiten ya que «quien se va si es cierto que repite porque se sienten seguros en los hoteles y las playas». Algunos emeritenses incluso «reservan de hoy para mañana, están tres o cuatro días y en unos días cambian de lugar y se vuelven a ir otros tres o cuatro».