175.577 asistentes (un 4,2% más que el año pasado), un superávit de 700.000 euros y 23 veces colgado el cartel de "no hay billetes". Son algunos de los datos que ha dejado la 64 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, y que esta mañana ha facilitado su director, Jesús Cimarro; acompañado por el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara; la consejera de Cultura, Leire Iglesias; y el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna. Estos datos recalcan además, ha destacado Cimarro, que el evento "esta a la cabeza de los festivales españoles y europeos", por lo que se ha mostrado "muy satisfecho" con el festival "que hemos ofrecido a los extremeños, al resto de españoles y a los extranjeros".

DE los 175.577 asistentes a las actividades organizadas por el Festival, 104.400 lo han hecho a las representaciones en el Teatro Romano de Mérida; 6.107 más que en la pasada edición (+6,2%). Solo en la compra de localidades, por cada entrada que se vende, el impacto económico que deja en la región (sobre todo en la capital extremeña) es de "entre 125 y 150 euros por persona"; lo que da una idea de los ingresos que genera este evento en la región. No en vano, la recaudación en taquilla ha sido de 2.215.132 euros, 700.000 euros más que el pasado año; mientras que el impacto mediático ha superado los 45,3 millones de euros (un 13,4% más que en la pasada edición).

CONTINUIDAD DE CIMARRO

El director del Festival acaba contrato el próximo año, con la edición 65, que ya está preparando, ha asegurado, pero ha manifestado que "no sabe" qué pasará después. "Llevo siete años dirigiendo el Festival y serán ocho el año próximo; después no sé qué pasará, pero soy el director que más tiempo ha estado", ha recalcado.

Por su parte, Fernández Vara ha subrayado que los extremeños "nos tenemos que sentir orgullosos" del Festival, y ha ironizado con que "el problema está en el listón, cómo se supera; y el reto es poder mejor todavía más".