"Si no fuera por el Festival, los meses de julio y agosto serían duros de vender en Mérida". Daniel del Amo, vicepresidente de la Asociación de Hoteleros (Ashomer) y director del Parador de Turismo, lo afirma con rotundidad: El teatro ha sido hasta ahora la clave para dinamizar durante el verano uno de los principales sectores de la economía local. Ya meses antes de que arrancara la cita los empresarios comenzaron a prepararse para la llegada de los turistas que vienen a la ciudad atraídos por el teatro. Cada año esperan la cita como agua de mayo, pero en esta ocasión la mayoría asegura que las espectativas no se están cumpliendo.

A principios de año los empresarios del sector se reunieron con representantes de la Consejería de Educación y Cultura y el ayuntamiento para buscar fórmulas con las que aprovechar el evento. En la cita se planteó la mayor implicación de la hostelería y el turismo en la promoción del Festival con la creación de ofertas especiales que motivaran la llegada de público de fuera. Así, varios de los hoteles de Mérida y la comarca (las Termas de Alange, por ejemplo) venden paquetes especiales para que junto al alojamiento, los visitantes puedan adquirir sus entradas para el teatro. Los restaurantes también han incluido en sus cartas menús especiales que se mantendrán mientras dure el Festival.

Los hosteleros coinciden en que el teatro genera más movimiento en el sector, aunque este se concentra principalmente en los fines de semana y días de estreno. El Festival consigue atraer mucho turismo, pero no que las pernoctaciones aumenten ya que los turistas no alargan su estancia en la ciudad. "Mérida no tiene mucho ocio nocturno más allá del Teatro, por eso la gente no alarga sus estancias", alega Magdalena Bergas, propietaria del mesón El Alfarero.

En relación con años anteriores, el sector nota una menor afluencia de público. En contra de los datos oficiales, incluso algunos hosteleros afirman que el número de asistentes lleva años descendiendo progresivamente. No obstante hay excepciones como el Hotel Mérida Palace, que ha registrado un 21% más de ocupación que en 2012 por el Festival.