Los árboles, los setos y las flores que adornan los jardines, los parques, las rotondas y los edificios públicos de Mérida tienen un mismo punto de partida. El Centro Especial de Empleo La Encina es el buque insignia de un centro de producción de plantas situado en el Polígono Industrial El Prado, junto a la perrera municipal, en el que se forman 40 personas con discapacidad, ya sea mental o física, que aprenden el oficio de cultivar caléndulas, pensamientos o violas.

Estas plantas se destinan al consumo propio del ayuntamiento, lo que supone un importante ahorro para las arcas municipales, pero también se venden, a un precio más bajo del que marca el mercado, a la empresa encargada del mantenimiento de los parques de la ciudad, así como a los particulares que se desplazan hasta sus dependencias.

Pero en este lugar conviven los 22 integrantes del Centro Ocupacional Proserpina. Se trata de alumnos-trabajadores con discapacidad intelectual que reciben un programa individualizado en el que se compagina la tarea en los viveros con tareas en el gimnasio o el logopeda.

El centro colabora con otras instituciones, además del ayuntamiento emeritense, como el Sepad, para el desarrollo de programas de rehabilitación laboral para pacientes con trastornos mentales graves, o el Sexpe, mediante la celebración de cursos de preparación para el mundo laboral relacionados con la jardinería y el viverismo. La horticultura o el cultivo de plantas aromáticas son otras de sus especialidades.