Las calles del centro de la ciudad se quedaron ayer pequeñas para acompañar a la Mártir Santa Eulalia en el camino de vuelta a la basílica. Unos 3.000 devotos, según Protección Civil, procesionaron con la Santa en su día grande portando ramos de flores, palmas, estandartes y hornitos para ofrecer a la Patrona y alcaldesa perpeuta de Mérida. La lluvia finalmente no hizo acto de presencia y aunque el frío acompañaba, Santa Eulalia partió puntual de la Concatedral de Santa María. En la procesión participaron un gran número de cofradías y tres bandas de música que se sumaron a los vecinos procedentes de La Antigua ataviados con trajes regionales. Como novedad, destacó el desfile del Cuerpo de Protección Civil y la presencia de una macera de la Santa que escoltaba el pendón de la Virgen.

Los vecinos comenzaron a llegar a la Concatedral con sus ofrendas florales sobre las once de la mañana. Quince minutos más tarde, las campanas anunciaban que la Mártir abandonaba el templo. Fuera la esperaban más de 3.000 fieles --la cifra aumentó en la puerta de la basílica-- que la recibían con piropos y palmas. La procesión comenzó su recorrido por las calles Santa Eulalia, Puerta de la Villa, Rambla y Avenida de Extremadura y finalizó hora y media más tarde, con la entrada de la Santa en la basílica al son de aplausos, vivas y piropos. Antes, los asistentes, incluida la Corporación Municipal y las autoridades civiles y militares pasaron al Hornito a dejar su ofrenda floral y los ataviados con el traje regional ofrecieron cánticos y un baile a Santa Eulalia.

Según comentaban los fieles --algunos incluso, procedentes de Murcia, donde también ayer era festivo--, la procesión de ayer "siempre" congrega a menos gente que la que se celebra el día nueve por la noche, pero lo cierto es que aseguran que aunque no hacía buen tiempo,había "mucha gente".

La procesión, que se desarrolló sin incidentes relevantes, contó con la presencia de tres bandas de música, asociaciones vecinales y cofradías --entre ellas, un grupo de niños que portaba un hornito de barro adornado con una flor--, el Cuerpo de Protección Civil y la unidad de militares de la base de Bótoa. Ya en la cola, junto a la Mártir, se ubicaron los miembros de la Asociación Santa Eulalia y la corporación municipal encabezada por el alcalde, Pedro Acedo.