Los trabajos de investigación llevados a cabo entre mayo y septiembre por los arqueólogos del Consorcio Miguel Alba y Santiago Feijoo han confirmado la teoría de que la alcazaba estaba rodeada por un foso, a excepción de la zona del río Guadiana, cuyo cauce actuaba como defensa natural del recinto.

Otra de las intervenciones realizadas es la limpieza de un edificio islámico situado dentro de la alcazaba que podría haber sido utilizado como una residencia para albergar personajes importantes. La construcción se halla en fase de estudio y solo se conocen las dependencias del servicio.